By Giorgia Graells for Ciencia Austral
Hoy mientras desayunaba leí una revista local de Harrisburg PA, muy parecida a esas que los estadounidenses hacen para que los turistas conozcan una ciudad o estado, sin embargo esta tenía harto contenido, entrevistas y notas desde la comunidad para la comunidad.
Una nota me llamó la atención. Hablaba de cómo nos cuesta reconocer los cambios que una cuidad experimenta con el tiempo. En particular, una frase me hizo eco: ”nosotros solíamos hacer esto, ellos hacen las cosas de esta otra manera” (en relación al des-identificarse con un grupo y dividir a la comunidad)… fue principalmente porque sólo hace un par de días habíamos estado conversando sobre el mismo fenómeno, pero desde otra perspectiva “la conservación biológica”.
Fue una conversación fluida y sincera que tuvimos con Camila Marambio y Derek Corcoran mientras caminabamos por el Griffith Park en Los Angeles (justo bajo del letrero de Holliwood), como parte de las actividades que realizamos en nuestra residencia en The Institute for Art and Olfaction de la misma ciudad.
Art and Olfaction? Si, arte y olores, ya que estuvimos realizando un proyecto hermoso llamado “Dear Enemy” (o “Querido Enemigo”), una idea de cómo nos podemos relacionar y comunicar con los castores, una especie invasora en la Patagonia. Christy Gast (la artista) armó el proyecto y se ganó los fondos para poder trabajar en el Instituto y costear los gastos de transporte, Camila (curadora) gestó parte del proyecto y fue quién nos congregó hace un par de años en la Isla de Tierra del Fuego para tener una conversación interdiciplinaria con un grupo de profesionales de distintas áreas (Ensayos)… Derek y yo habíamos trabajado con castores hace ya unos cuanto años, pero aquella vez era la primera que veíamos al castor desde su punto de vista… todos concordamos aquella vez en la isla, rodeados por un bosque semi destruido: “si los castores se comunican por el olor, ¿Cómo nos comunicamos con ellos?”… Y llegamos al instituto para tratar de hacer algo con nuestra idea.
Partimos reconociendo fragancias, armando distintas mezclas, naturales o sintéticas, tonos bases, medios o altos, en qué proporción… cosas de olores…
Y nació de forma espontánea el trabajo interdisciplinario, multidisciplinario, (indisciplinado como decían las chicas) porque logramos comprenetrar tan bien nuestros trabajos que artistas y científicos trabajamos a la par en toda actividad que realizamos, en cada detalle llevado a cabo para los objetivos del proyecto.
Seguimos…, Derek confeccionó un mapa, con información de su tesis de doctorado, para mostrar según el número de descendencia que podría tener un castor, cuatro áreas dentro de Patagonia. Christy y camila ubicaron el mapa con una proyectora de transparencias en una pared. Yo lo dibuje. Con Derek lo pintamos.
Con Camila determinamos ocho fechas claves dentro de la hisoria del castor en Patagnia (incluyendo cosas determinadas dentro de mi tesis del magister). Chrisy trajo unas figuras de fieltro que ella confeccionó y tiñó con tintes naturales de Patagonia, las ubicó en la pared.
Además Derek y Camila crearon ocho fragancias para representar las ocho fechas y usamos el fieltro de Christy para plasmarlas, ella escribió las fechas y una breve descripción.
Y armamos la exposición… las artistas estuvieron a cargo del montaje, las luces y el detalle para que quedara perfecto.
Los olores de los cuatro ambientes los expusimos con una representación de lo que sería el siguiente paso… cuatro montículos de olor[1] , tal como los que se usarán en Tierra del Fuego para investigar la reacción de los castores a estos olores creados por nosotros. De esta forma, los científicos diseñamos el experimento y las artistas irán este verano a poner a prueba nuestra hipótesis. Ahora, ¿de qué forma vendrán escritos los resultados? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que los resultados del experimento y su descripción serán un desafío de revisar, y complementaran esta maravillosa experiencia del trabajo multidisciplinario, en donde las disciplinas se mezclan y se confunden.
Este artículo fue escrito por Giorgia Graells durante la semana posterior al trabajo en Los Angeles que se realizó la primera semana de octubre del 2015.
Agradecemos a Saskia Wilson-Brown por las bellas fotos y la oportunidad de realizar este trabajo en el Istitute for Art and Olfaction
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[1] Montículo de olor es una estructura creada por los castores para marcar su territorio. Corresponde a una pequeña acumulación de barro fresco, extraido desde un río, aprisionado, y rociado con castoreum (mezcla de orina y secreción de glándulas) por el castor