Cuasi manifiesto del visitante*

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Silenciarse para escuchar lo silenciado.

Aprender a sentir lo oculto.

Preguntarse por nuestro estar. Practicar estar sin acecho. 

Reconocer lo Selk’nam, Kawéskar, Yámana, Haush.

Atender a la erosión, a las cicatrices que dejó y que va dejando la colonización.

Sabiendo que dejamos huellas, ¿qué forma tienen? ¿qué color? ¿qué tono? ¿qué olor?

Experimentar doblamientos, desdoblamientos, torceduras, vertir horizontales en verticales y verticales acostadas.

Entonar Odas al viento.

Habitar el espacio entre lo consciente y lo inconsciente, para arrancar de la raíz la razón.

Enredarse los unos en los otros, con ternura y curiosidad, con coraje, dispuestos a perdernos. 

Soñar.

Mirar las estrellas.

Ensoñar otro devenir. Ensayar otro devenir. 

Ensoñar para sanar. Ensayar el sanar.

Ensoñar para activar la geografía externa e interna. Ensayar zurcir  la geografía externa e interna.

*Escrito por Camila Marambio, con aportes de Ariel Bustamante, Matías Illanes, y Carolina Saquel, ad portas de su visita a Karukinka a grabar la web serie Distancia.

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